miércoles, 17 de diciembre de 2014

Infinidad de películas (II)

Como empieza a haber overbooking de reseñas de cómic en el blog creo que puedo hacer un paréntesis con la prometida (hace cuatro meses) segunda tanda de películas. En esta ocasión hablo de las que vi durante julio y agosto (y yo que esperaba reducir el lag...): nueve en total (a la que se sumaría This is 40 si la indignación no me hubiese obligado a dedicarle una entrada en exclusiva). La acumulación de títulos me impide hacer ningún gran comentario sobre ninguna de ellas pero al menos os puedo prohibir que veáis las más horribles a la par que os obligo a ver las mejores.


El 2 de julio, Croqueta y yo, a pesar de la proximidad de nuestras respectivas presentaciones del trabajo de fin de máster, decidimos que ya iba siendo hora de ver la última película (por entonces) de Disney: Maléfica. Y disfrutamos en el cine como niñas chicas, para que nos vamos a engañar. Ese inicio a modo de prólogo es sencillamente una delicia visual para que los ojos te hagan chiribitas. Tenía un miedo relativo sobre la posible distorsión del personaje de Maléfica pero como que vi la película Disney de La bella durmiente hace muchos años (soy de esas parece que poco corrientes personas que no ha vuelto a ver ni un solo clásico Disney "de mayor") y no he leído el cuento original, no me molestan las modificaciones. De hecho, disfruté mucho durante toda la película, reitero que visualmente es una preciosidad y el argumento me pareció bastante coherente. Eso sí, contras no le faltan: las hadas son odiosas sin más y quería matarlas desde que salen por primera vez, Aurora es SOSA a más no poder y el príncipe aleatorio tiene horchata en lugar de sangre en las venas. Tiene muchos detalles que la hacen especial aunque quizá mi favorito sea la ironía que destiló Maléfica cuando añadió el «solo la salvará un beso de amor verdadero». En general me gusta mucho que se dé trasfondo a un villano porque no creo en los personajes malvados per se. El problema viene cuando el rey se transforma en un ser puramente mezquino sin justificación suficiente. 


Me apetecía mucho ver una comedia romántica de esas predecibles, absurdas y llenas de clichés para reírme un rato y Juntos y Revueltos prometía muchas carcajadas. Pero, como suele pasar, lo mejor estaba en el tráiler y el resto se me hizo muy pesado. La película se deja ver pero es todo entre surrealista y tópico hasta morir. Ni siquiera nos libramos de la dulce mujer que murió dejando a tres niñas al cargo de su insensible padre... para que así la entrada en juego de una madrastra sea aún más conveniente. Humor demasiado tonto, secundarios insoportables y originalidad cero. No os perdéis nada si no la veis.


Tras el acierto de El Origen del Planeta de los Simios, Borja y yo teníamos muchas ganas de ver su secuela, El Amanecer del Planeta de los Simios (por un instante pensé que le habían puesto el mismo título a ambas precuelas). No sabría decir si mejora, empeora o mantiene el nivel de la anterior y supongo que es porque no tiene sentido compararlas por mucho que haya continuidad temporal. El origen era más una película de ciencia ficción, de experimentación, para marcar un precedente. El amanecer es esencialmente una película de acción con sus muertes, traiciones, amoríos y filosofía barata de película apocalíptica. Guiño comiqueril cuando el hijo del protagonista se pone a leer Black Hole:


*Puede ser que mi juicio de esta película se haya visto afectado por las condiciones en que la vi: sentada en un lateral muy lateral del cine con una especie de... ¿valla? que me tapaba la parte inferior de la pantalla y claro, los simios hablan con lengua de signos así que media peli necesitaba subtítulos continuos. 


Y aquí está la MEJOR película de la tanda y del 2013 que ganó más que merecidamente esos tres premios Oscar. El VIH y el SIDA constituyen un tema de rabiosa actualidad que puede abordarse desde cientos de ángulos distintos y, de hecho, es el eje en torno al que giran decenas de libros, cómics y películas aplicando distintos filtros a una realidad tan compleja como es la del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, su origen, su transmisión y su difusión mundial. Dallas Buyers Club nos hace retroceder 30 años en el tiempo, cuando se trataba de un síndrome ya identificado pero que cargaba con una desinformación tremenda. Es decir, la época en que empezó el desarrollo de antivirales que pudieran combatir la enfermedad, al que siguieron ensayos clínicos que, por supuesto, necesitaban de un grupo control que tomara placebo. Se trata del periodo en que el virus se cobró más vidas (en el primer mundo al menos) y de una época en que seropositivo era sinónimo de homosexual (si os interesa, hace dos años escribí sobre este tema en el blog). Tanto Matthew McConaughey como Jared Leto bordan sus respectivos papeles. Eso sí, si os he animado a verla luego no me vengáis con reclamaciones por lágrimas derramadas. 


Aunque lo que podáis llorar con Dallas Buyers Club resulta negligible si lo comparáis con Bajo la misma estrella... Esta película, o la vais a ver con una caja de pañuelos (con un paquete de diez no llegáis ni a la mitad) o no la veis. Ya sabéis que me encantó el libro y la verdad es que me llevé una muy grata sorpresa cuando comprobé que la adaptación cinematográfica es increíblemente fiel al original. Es una historia poco convencional en que tanto el amor como la muerte se enfocan desde una perspectiva que nos puede resultar ajena: el cáncer. Por supuesto, eso la convierte en una película triste pero, asombrosamente, nunca en una deprimente. Hazel es encantadora y brillante como quizá solo pueden serlo los personajes de ficción. Se me rompió el corazón varias veces pero, curiosamente, una de las escenas que más me conmociona es cuando la madre de Hazel sale corriendo de la ducha sin pensárselo dos veces; solo hay una cosa en el mundo peor que tener cáncer a los 16 años y es tener un hijo con cáncer. Ahora tengo ganas de releer el libro.


Y ahora os presento la primera película que dejo a medias sin que me importe lo más mínimo su final en, probablemente, muchos años. Como que no la acabé estuve a punto de no meterla en esta entrada pero, total, para lo mucho que tengo que decir de ella... Need for Speed transcurre de forma monótona, no tiene sentido, es imposible establecer ninguna clase de conexión con los personajes así que te importa una mierda lo que les pueda pasar ya los metan en la cárcel o se mueran. Toda la trama (al menos la primera mitad) es la cosa más superficial que te puedan tirar a la cara y se limita a una mezcla entre venganza (que podría haber sido tolerable) y un "a ver quien la tiene más grande" (que no es tolerable). Ahorraos vuestro tiempo.


Con algo de retraso, pudimos pillar Capitán América: Soldado de Invierno gracias a la promoción de Cinesa de Te la perdiste (no solo escribo las entradas meses tarde, es algo que se extiende a casi todos los ámbitos de mi vida, ojalá estuviera exagerando). Disfruté mucho viéndola y creo que representa una clara mejora respecto a su primera parte además de poner muy interesante la trama unitaria de todas las películas de Avengers pero no acabé de verla muy coherente. O sea, sé que las películas de Marvel no suelen caracterizarse por la coherencia pero es que esta vez me costó mucho seguir cuál era el objetivo de ambos bandos, especialmente de los malos. Creo que necesita un revisionado.


Tras unas semanas de agonía, conseguí ir a ver esta película de animación en versión original en muy buena compañía (y mi querida Croqueta me regaló la entrada ♥). Confieso que disfruté como una enana viéndola porque visualmente es impresionante y los dragones son una pasada y los artilugios que se inventa Hiccup también. El salto temporal entre ambas películas me parece de lo más acertado. Todo lo que tiene que ver con la madre me parece algo rebuscado y fuera de lugar y me pareció muy cruel el desarrollo de la película... además, el desenlace se soluciona con uno de los deus ex machina más graves y exagerados que recuerdo haber visto lo que es una pena porque con algo más de coherencia interna esta película podría ser una verdadera gozada no solo para niños...


Esta película es tan condenadamente mala que no fuimos capaces de dejar de verla. La pillamos en agosto, en la tele, de casualidad, ¡haciendo zapping! Es un arte perdido esto, no recordaba la última vez que me había puesto a ver algo que echaban así porque sí. Esta peli es MUCHO peor que la de Juntos y Revueltos pero infinitas veces más recomendable ya que os será difícil encontrar una película más absurda y, por lo tanto, más hilarante que DOA: Dead or Alive. Bienvenidos al festival del fanservice, de la conveniencia, de la aleatoriedad y de los abismos argumentales donde la existencia de una explicación con sentido se debe al mero azar. Daría para escribir una tesis esta peli de la cantidad de errores que tiene. Una indispensable si queréis echaros unas risas (y si queréis ver a chicas en ropa interior/biquini).

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